A la hora de escoger un colchón, la inversión económica es importante, pero también debemos tener en cuenta dos aspectos: la comodidad y la salud. La vida útil de los colchones es alta, por lo que su uso se prolongará durante varios años. Por este motivo, debemos cuidarlo y mantenerlo en las mejores condiciones posibles.
Es normal que se desgaste y pueda deteriorarse con el uso, ya que este tipo de aspectos no podemos controlarlos. Con los años los rellenos suelen perder sus propiedades, por lo que necesitamos cambiar de colchón cada 10 años.
Existe un tipo de deterioro por manchas y humedad que nuestro cuerpo desprende. Proteger el colchón de forma adecuada será necesario para evitar estos desperfectos.
Tanto los líquidos como la humedad pueden cambiar la estructura de los rellenos. Proteger el colchón de forma adecuada no solo dependerá de su durabilidad. Es esencial proteger el colchón desde el primer día. Así, el colchón estará en las mejores condiciones durante toda su vida útil.
Una de las primeras acciones que deberíamos realizar al comprar nuestro colchón sería adquirir un protector para éste. Así lo podrás proteger desde el primer momento ya que se trata de textiles de cama impermeables.
Podemos encontrar distintos tipos de cubre colchones impermeables. Lo más recomendable es optar por uno que además de ser impermeable, sea transpirable también porque dormir sobre una superficie que no es transpirable puede ser incómodo.
Hoy en día podemos encontrar cubre colchones que se asemejan a las sábanas bajeras. Algunos incluso están confeccionados con tejidos especiales que combinan Tencel y óxido de zinc. Así, son suaves y proporcionan una mejor absorción, un secado mucho más rápido y un efecto termorregulador.
El óxido de zinc es un material que suele actuar como protección frente a bacterias y hongos para evitar tanto las manchas de humedad como los malos olores. De esta manera el colchón queda protegido por una funda impermeable.
Por otro lado, también podemos encontrar cubre colchones con efecto frío. Así, provoca una reducción térmica de 3 grados en la superficie de descanso. Esta es la opción más adecuada para aquellas personas que sean calurosas ya que dormirán más frescas y, por tanto, más cómodas.
Antes de hacer la cama, es necesario dejar que el colchón respire. Será imprescindible que se ventile de forma adecuada para eliminar ácaros y para que la humedad que se acumula en el dormitorio pueda evaporarse. Es recomendable que el colchón se ventile durante, al menos, diez minutos antes de hacer la cama. Para ello, las ventanas deberán estar abiertas.
Por otro lado, según el tipo de colchón, será necesario darle la vuelta de forma periódica para evitar las deformaciones que se producen con el uso y el tiempo.
Es necesario mantener nuestro dormitorio libre de pelusas. Ventilas las habitaciones y los colchones de forma diaria nos ayudará a mantener una rutina de limpieza para que no se acumulen humedades ni suciedad.
Teniendo en cuenta estos consejos, podrás mantener su vida útil durante más tiempo, así como sus propiedades.