Dormir es una actividad que muchos de nosotros disfrutamos después de un día activo y ajetreado. El sueño nos ayuda no solo a descansar, sino también a recuperarnos. La necesidad de reparar energías para poder continuar, casi siempre aparece a mitad del día cuando la jornada aún no ha terminado y ya sentimos ese anhelo por regresar a casa.
La simple acción de dormir trae consigo múltiples beneficios además de regenerar las energías utilizadas a lo largo del día. La renovación de neuronas que implica esta actividad es importante y es aquí donde el cerebro descansa y comienza a realizar una serie de procesos que le ayuda a desechar la información inútil y mantiene la que puede usarse.
Para aquellas personas que son deportistas o aspiran ser un deportista profesional o un atleta, el buen dormir es esencial, puesto que esto pone en marcha lo que se conoce como memoria muscular, lo que le permite al atleta asimilar físicamente todo lo que ha aprendido a lo largo de sus entrenamientos y a su vez regenera los músculos usados.
De forma directa, una persona que se priva del sueño o que no puede conciliar una buena noche del mismo, entra en un margen de posibilidades donde puede estar y ser propenso a sufrir desequilibrios mentales. Una constante actividad cerebral es capaz de jugar una mala pasada a quien no ponga en práctica o no posea buenos hábitos de descanso.
Por otro lado, no siempre se trata de la persona, algunas veces tienen que ver otros factores que afectan a la hora de dormir, como pueden ser: el tipo de ambiente donde se descansa, el tipo de actividad a la cual se somete a diario, y hasta la comodidad de los elementos que usa a la hora de dormir.
Sin duda alguna, el colchón es uno de nuestros aliados a la hora de dormir y son los mayores potenciadores del sueño. Más que nuestras almohadas, pijama favorito y temperatura ideal. Nuestro colchón es quien nos da ese soporte y se encarga de mantenernos cómodos durante un largo periodo de horas.
El colchón ideal debe ser capaz de brindarnos un descanso excepcional y para eso debe ser capaz de: dar apoyo lumbar inmediato y agradable, comodidad para todos los músculos en el cuerpo, sensación de frescura, y sobretodo ser un colaborador del sueño; es decir, que inspire la necesidad de querer descansar en él.
Para elegir el colchón que mejor podría adaptarse a ti, a tu forma de dormir y también a tus necesidades, te diremos cuál es la escala de firmeza que debes buscar para ti.
Dependiendo del fabricante, cada uno usa designaciones diferentes para calificar sus colchones, lo que no establece una norma fija para calificar la dureza del mismo. Pero siempre podremos identificar si es suave, medio, o resistente.